sábado, 18 de septiembre de 2010

queriendo ser quien no soy


Quisiera entender la vida como un largo espiral donde, si bien en alguna alineación de planos ciertos puntos se trastocan, en realidad nunca son el mismo punto.

Por suerte la tristeza concluye (concepto drexleriano) pero a expensas de la conclusión de cosas lindas también… soy capaz de renunciar a la eternidad de las cosas lindas si eso implica lo finito de las cosas malas.

Quiero poder disfrutar del momento, este: el aquí y ahora… detenerme en cada detalle, en la constelación de tus lunares, en la suavidad de tu piel rozando con la mía, sin que eso implique más que un montón de lunares y un roce entre las sábanas.

Quisiera no tener miedo a desconocer el mañana, delegar eso en los caprichos del destino y poder simplemente disfrutar del viaje.

Quisiera no buscar los por qué de todo.

Quisiera levar anclas, cerrar los ojos y disfrutar del atardecer sin miedo de dejarme llevar a donde sople el viento.

Es duro darse cuenta que el único que nos priva de nuestra libertad, es uno mismo.


.

1 comentario:

Alejandro Unzaga dijo...

Vomitado por el viento, desde ese no
radiante: e injertado en la verde
y prada cicatriz del
momento. Qué es éste,
preguntas, y yo, junto a las grietas
de tu desmembración,
te he respondido: el bosque
es la memoria de sí mismo: esta frágil
astilla que fluye
por mi sangre navegable,
y viene a encallar
en la grava del corazón. Me pides
palabras. Y yo
las diré: desde el instante
en que aprenda
a no darte nada.

Paul Auster